Tuvo que tirar la toalla y así lo anunció el 24 de mayo tras masticar la decisión durante un año intentando recuperarse de la rodilla. ¿Cómo se siente?
Me volví a lesionar en la penúltima jornada de la temporada anterior, que nos jugábamos con el Rayo Majadahonda salvarnos, haciéndome daño en la rodilla que me lesioné en Zaragoza en 2020. Empecé la rehabilitación como tocaba, hice lo imposible por tener de nuevo buenas sensaciones, pero no ha podido ser, me afectaba en el día a día, no podía salir a dar un paseo con mi hija, bajar escaleras… Es una decisión dura, pero no hay otra cuando te dicen que lo que realmente peligra es tu salud para lo que me resta de vida. Toca dar un paso al lado. Por mucho que duela dejar de hacer lo que más me gusta, no había otra opción.
Esa lesión en enero de 2020 contra el Numancia en la rodilla derecha fue grave, había afectación del cartílago. ¿Ya supuso casi un milagro volver?
Fue una recuperación durísima y de hecho los pronósticos no eran buenos para volver, bastante gente a mi alrededor no confiaba en absoluto en que lo hiciera. Mi ilusión fue esa, lo hice tras un proceso largo, con seis meses de baja. Regresar en el playoff ante el Elche quizá ya fue un poco precipitado, tuve que parar otros cinco meses (en diciembre de 2020) y ya después sí recuperé buenas sensaciones aunque para participar muy poco con el Zaragoza, pero me encontraba bien entrenando hasta irme con el Amorebieta cedido (enero 2022) y jugué los 16 partidos que quedaban. Probablemente, en esa etapa y en lo que pude estar en el Badajoz y en el Rayo Majadahonda, si no hubiera puesto el empeño que le di y me hubiera rendido, no habría vuelto a jugar. Por guiarme por sensaciones, por trabajar muy duro y por esa ilusión pude seguir disfrutando un tiempo más de esto.
A la hora de colgar las botas y con 34 años, tras pasar por Real Sociedad, Mallorca, Zaragoza, Amorebieta, Badajoz y Majadahonda, ¿qué balance o qué nota se pone en su carrera?
No me pongo ninguna nota, pero sí estoy absolutamente orgulloso y satisfecho del camino que he recorrido, nadie me ha regalado nada y me he dejado el alma en cada día y en todos los días. A mí me gusta mucho tener la conciencia tranquila y es así como me siento, porque di siempre todo por alcanzar mi versión más alta, con mejores y peores momentos, pero en todo momento estando preparado y trabajando duro por estar lo mejor posible.
“No lograr subir con el Zaragoza probablemente es la espina más importante de todas, pero no me hago sangre con eso. No lo considero un fracaso, valoro el cómo afronté todo, el cómo luché, y me siento orgulloso”
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Habrá también espinas clavadas…
Por supuesto que las hay, cosas por las que me habría gustado celebrar o al menos pelear. Hubiera querido consolidarme en la Real Sociedad en el primer equipo y no pudo ser, en el Mallorca devolver al club a Primera y jugar en la élite, tampoco pude, lo mismo que en Zaragoza, que vine para subir y devolver a la entidad a su sitio, o salvar la categoría con el Amorebieta, algo que sí logré en Majadahonda, aunque este año hemos descendido pero yo no he podido participar. La de Zaragoza probablemente es la espina más importante de todas, pero no me hago sangre con eso, porque siempre hice todo lo que estaba en mi mano para lograr eso y cualquier otra ilusión que tuve. No lo considero un fracaso, valoro el cómo afronté todo, el cómo luché cada día, y me siento orgulloso. Cuando uno hace todo lo que puede no tiene nada que reprocharse.
En la Real Sociedad entró en infantiles y estuvo más años que en el Zaragoza, pero este es el equipo de su vida profesional por temporadas en la entidad, ¿no?
Sin duda, en la Real Sociedad estuve 12 años, pero con dorsal del primer equipo solo dos. El club donde me consolido y donde siento que ha sido el lugar en mi carrera es el Zaragoza. Para mí es una parte vital en todos los niveles, la ciudad y el equipo me conquistaron desde el principio, soy un zaragocista más, me voy a quedar a vivir aquí…
“¿Lo peor de mi etapa aquí? La despedida, tener que marcharme de la que siento que es mi casa, de la forma en la que me tuve que ir, me habría gustado al menos despedirme en el césped, pero eso no se elige”
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¿Su mejor y su peor recuerdo de esos siete años en el Zaragoza?
Me quedo con todo, porque tanto lo bueno como lo malo me hicieron mejor futbolista y persona, me dieron la posibilidad de aprender y crecer. Lo mejor sería la llegada porque con perspectiva ya tengo claro que resultó la decisión más acertada de mi carrera, así lo siento. ¿Lo peor? La despedida, tener que marcharme de la que siento que es mi casa, de la forma en la que me tuve que ir, me habría gustado al menos despedirme en el césped, pero eso no se elige.
¿Tenía el sueño de retirarse de zaragocista?
En lo único que pensaba era en dejar al Zaragoza en Primera y me veía con carrete para ayudar en ello. Obviamente poder retirarme en el club que me lo ha dado todo y he sido tan feliz habría sido la bomba, aunque no me lo planteé porque cuando estuve aquí siempre vi muy lejos ese adiós.
Ha estado en siete de las 11 temporadas que el club ha completado en Segunda tras bajar en 2013, como mínimo es un observador privilegiado para saber por qué no ha subido aún el equipo en todo este tiempo…
Por desgracia la historia y nuestra magnífica afición no juegan los partidos. El fútbol es complicado, el dinero ayuda pero tampoco es una garantía de éxito y la Segunda es durísima. Cada temporada hay 16 equipos que aspiran al ascenso de una u otra forma. Si no se ha dado en estos años es obvio que algo está fallando, hay que seguir intentándolo, de esa ilusión vivimos y esperando y deseando que se dé la próxima temporada.
“Todos pensábamos que con la nueva propiedad, con ese músculo financiero, todo iba a ir más rodado. Hay cosas que están haciendo muy bien pero en otras muchas deben mejorar”
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Desde que llegó en enero de 2016, usted jugó 165 partidos oficiales en el Zaragoza. ¿Pesa más esta camiseta? ¿Esa presión de la historia y de los aficionados es un arma de doble filo?
Hay que saberla llevar esa presión, porque la responsabilidad de tener tanta gente detrás existe. Sin embargo, yo siempre lo vi como una suerte tener ese contexto, te hace exigirte más, que seas consciente de que tu nivel siempre tiene que estar muy alto. Eso es muy bueno para un jugador y a mí me encantaba, porque no te incita ni a la relajación ni a la autoconfianza, es una presión bonita que los futbolistas debemos saber llevar.
Se va en julio de 2022, tras solo dos meses de la nueva propiedad, que ya lleva dos años y que ha hecho una inversión muy fuerte, pero sin resultados palpables en lo deportivo. ¿Cómo ha visto ese cambio en el club?
Es incuestionable que la realidad deportiva sigue siendo la misma y eso es lo que cuenta, porque el equipo sigue en Segunda y en estos dos años no ha estado cerca de subir. Creo que la propiedad está demostrando en el tema económico que pone mucho de su parte para que las cosas cambien, aunque la paciencia en el fútbol no existe. Ahí me incluyo yo también, todos pensábamos que con la nueva propiedad, con ese músculo financiero, todo iba a ir más rodado, pero es lo que tiene el fútbol y que lo hace tan bonito, que eso no manda y no es el factor más decisivo. Hay cosas que están haciendo muy bien los nuevos propietarios, pero en otras muchas deben mejorar.
“Para mí Víctor fue muy valiente aceptando volver, porque realmente no tenía nada que ganar y ya dijo que no tenía necesidad de ningún tipo. Demostró que es quien es por algo, por eso se le quiere tanto. Ojalá con él podamos lograr lo que todos queremos”
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¿Qué le parece el regreso de Víctor, con el que ya estuvo usted, y su permanencia la próxima temporada?
Para mí Víctor fue muy valiente aceptando volver, porque realmente no tenía nada que ganar y ya dijo que no tenía necesidad de ningún tipo. Con la trayectoria que tiene en el club, demostró que es quien es por algo, por eso se le quiere tanto. Cuando vino con nosotros (18-19) lo hizo con un equipo ya hecho en el que no pudo participar en la configuración, pero sí al verano siguiente, cuando pudo meter mano. Creo que acertó, aunque es verdad que con la pandemia todo se torció y todos estuvimos muy mal. Teniendo a Víctor ahí ojalá podamos lograr lo que todos queremos.
El Zaragoza planea más de una docena de fichajes para la próxima temporada. ¿Ve necesario tanto cambio?
Lo que yo piense tampoco va a importar demasiado. Cordero y Víctor son los que mejor conocen la plantilla y la categoría. Todos los zaragocistas, o una inmensa mayoría, estamos de acuerdo en que el grupo que había esta última temporada no era para estar tan abajo, no sé si para un ascenso directo como el equipo arrancó, con esas cinco victorias seguidas que parecía que todo estaba rodado, pero sí que el nivel de la plantilla era bastante más alto del que se demostró.
Se fue hace dos años y aún sigue habiendo muchos excompañeros suyos en ese vestuario.
Con todos guardo relación y nos hemos ido escribiendo a lo largo de la temporada. Percibí ese sufrimiento que sentían en un año tan complicado y duro, sé lo que se siente en esa situación y es frustrante hacer todo lo posible para rendir bien y que no se den los resultados y te metas abajo. Han vivido una temporada muy complicada, en esos momentos sufrimos mucho los jugadores, aunque la gente pueda creer que no.
Ya ha dicho que se queda a vivir en Zaragoza, pero ¿hacia dónde orienta su futuro?
No lo tengo claro, todo lo que tiene que ver con el fútbol me apasiona. Ser entrenador me podría gustar y tengo los cursos para ello. No sé decir aún, necesito ubicarme un poco, porque llevo toda la vida haciendo lo mismo y ahora estoy en fase de aterrizaje. Estoy abierto a todo y quiero pensar con tranquilidad en qué puedo encajar mejor.
“El abono en La Romareda lo tenemos mi hermano y yo juntos y ahí seguiremos acudiendo, a sufrir y a apoyar, a vivir ojalá un ascenso. Siempre digo que mis dos equipos son la Real Sociedad y el Real Zaragoza, espero disfrutar pronto con los dos”
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Por La Romareda y siendo socio sí se le verá.
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Esta temporada no he podido ir mucho al campo, pero el abono lo tenemos mi hermano y yo juntos y ahí seguiremos acudiendo, a sufrir y a apoyar, a vivir ojalá un ascenso. Yo siempre digo a mis amigos y a la gente que me conoce que el Zaragoza y la Real Sociedad son mis dos equipos, con el otro me toca gozar del gran momento que vive y con el Zaragoza hay que padecer más ahora, pero espero que pronto pueda disfrutar con los dos, eso sería lo que más feliz me haría.