La sanidad canaria se sustenta en un conglomerado de profesionales que funcionan como un engranaje. Desde médicos, enfermeros y hasta auxiliares y técnicos de laboratorio. Todos juegan un papel indispensable para atender a los pacientes isleños. Y, sin embargo, a ese reloj suizo al que miramos con orgullo aún le faltan piezas. En una atención sanitaria que desde su concepción ha estado enfocada a la enfermedad, el cuidado de la salud ha quedado relegado en un segundo plano. El mismo en el que se encuentran una serie de profesiones olvidadas cuya presencia, sin embargo, podría cambiar el curso de muchas patologías, incluidas aquellas más prevalentes en Canarias.